Por Beatriz Mazzi
¿Podemos asegurar que aquellas personas que estudiamos los años necesarios y recibimos el título, somos maestros?
¿Podemos asegurar que los que trabajamos en escuelas Nivel Inicial y Primario somos maestros?
Por mi parte conozco muchos maestros que no estudiaron para ejercer esa profesión, y conozco muchos que no trabajan en escuelas y también lo son.
Entonces ¿Qué es ser maestro?
Considero un maestro a aquella persona que sostenga la curiosidad.
Que permita soñar, que sea divertido, aventurero, arriesgado.
Que consienta las fantasías, que sea alegre, audaz. Atrevido, valiente, que crea en utopías.
Que permita crecer. Que sea intrépido, cariñoso, justo, apasionado.
Que sonría y transmita el sentir de las pequeñas cosas que nos ofrece la vida.
Entusiasta, afectuoso, objetivo.
Un ser sensible, sabio, perceptivo.
Positivo, auténtico, sereno.
Que logre que los títeres y marionetas tomen vida.
Que cante con fuerza, con entusiasmo, con colores.
Que baile con el alma.
Que llore, que ría, que comprenda.
Que camine a nuestro lado. Que disfrute cada paso.
Que vea animales en las nubes y vuele con el viento.
Que no acepte como acabado lo impuesto.
Que comparta en lugar de competir y valore los medios tanto o más que los fines.
Que construya en lugar de destruir y aliente en vez de abatir.
Que escuche, sienta, vea, distinga, valore.
¿Todo esto en una persona? Sí, puedo asegurar que esos seres mágicos existen.
Y desde mi humilde lugar agradezco haber conocido maestros: «los maestros de la vida…»