Por Dalmiro Maggioli*
Nos guste o no la pandemia provocada por el coronavirus nos obliga a reflexionar, no solo como personas sino también como seres colectivos.
A veces este tipo de situaciones traumáticas producen algo positivo en la sociedad. Un crecimiento, una evolución. Por supuesto que uno quisiera que no sea a costa de un virus ni de nada negativo pero elegir eso no fue una opción disponible. Dentro de lo bueno, lo malo, y dentro de lo malo, lo bueno.
¿Hasta cuándo va a seguir esta inconsciencia colectiva sobre los métodos educativos? ¿Cuándo vamos a llevar al siguiente nivel la educación ambiental? ¿Qué tiene que pasar para que nos responsabilicemos de vivir en el planeta tierra? ¿Cuándo habrá yoga y meditación en todas las escuelas? ¿Cuándo van a dejar de servir porquería en los comedores escolares?
Los psicólogos y coaches muchas veces explican las formas que tienen los seres humanos de cambiar. En principio, hablan de dos formas:
1) Llegar hasta el final con un asunto. En otras palabras: tocar fondo. Dicen sobre esto que es muy doloroso para quien lo experimenta pero que también puede ser muy transformador positivamente si se lo interpreta de la manera “correcta”.
2) Ser consciente. Esto significa darse cuenta de que algo está mal y no esperar a que esté peor para corregirlo, repararlo o transformarlo. También requiere una actitud positiva de parte del experimentador.
Los seres humanos a veces tenemos una tendencia a no aprender de ninguna de las dos formas y seguir en un camino de oscuridad dejando los aprendizajes para unos pocos que conocen algo sobre la ciencia del éxito. Parece más fácil quedarse en la zona de confort, sin mover un dedo, que hacer algo al respecto. Pero cuando pasa el tiempo nos damos cuenta de que esto no es así, que solo parece y que en realidad no hacer nada al respecto es lo más costoso de todo. En otras palabras, no hacer nada tiene el precio más alto.
Una de las preguntas principales que me produce esta pandemia es si con el sistema educativo vamos a esperar a tocar fondo o vamos a ser conscientes de que -a nivel general- así no está funcionando bien para la mayoría de las personas y países.