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«Esa manía insistente de buscar ser feliz en un lugar”

Vivir en Pinamar

En este artículo, Griselda, Directora del Nivel Secundario, relata su experiencia de mudanza a Pinamar y cómo se integró en el equipo del Colegio

Por Griselda Savoy (Alias Grillo)*

17 de febrero, 2020

En un sentido muy amplio, el motor fue siempre el de “mejorar mi calidad de vida”. Después de más de 30 años viviendo en la ciudad, me di cuenta de que, con el constante ajetreo, el bullicio y el ruido, uno se va alienando cada vez más de sí mismo y va perdiendo fuerza y motivación. El trabajo se vuelve rutina, predecible y de a poco se empieza a dejar de  disfrutar hacer lo que uno ama. Cada vez más, ansiaba espacio, tranquilidad y paz, pero pensar desde un punto de vista lógico y racional cerrar la puerta de mi Dpto. por última vez y salir de mi zona de confort, era demasiado arduo… Imposible.

En el camino, conocí a Sebastián, quien compartía mi perspectiva de un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal, el fácil acceso al aire libre, a la tranquilidad y a la seguridad, así que tomamos la decisión de mudarnos a Pinamar. Los sentimientos siempre fueron encontrados, debido a que dejamos familia y amigos a unos cuantos kilómetros de distancia… En mi caso, dejé atrás instituciones educativas en las que había trabajado por muchos años rodeada de excelentes colegas. 

Vivir en Pinamar
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Lo cierto es que animarse valió la pena… Comencé a trabajar en Tierra del Sur, institución en la que me abrieron las puertas de par en par y me hicieron sentir como en casa desde el primer día. Encontré un lugar en el que se respira una energía de familia y contención tanto en el staff como en las familias y alumnos. He hecho amigos y me nutro de mis colegas día a día.

Hoy ya hace 2 años que vivo aquí, y tengo un hijo de 5 meses a quien proyecto rodeado de gente amable, de un contexto sano, con libertad y aire puro, y cada vez que pienso en la determinación que tomé de mudarme a Pinamar, me siento plenamente feliz por haber cerrado la puerta de ese departamento por última vez.

A quienes les surja el deseo de hacer este cambio de vida, anímense a atravesar el sinfín de sentimientos encontrados y las dudas  para sumergirme en lo desconocido y lo impredecible, porque el lugar se encuentra cuando logramos salir del que estuvimos antes. En mi caso, logré darme cuenta que caminando distinto, dejé de dar pasos en falso y que cada experiencia de vida que tengo al levantarme hace brotar del interior lo mejor de mí.

*Docente y Directora de Nivel Secundario en Colegio Tierra del Sur

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